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miércoles, 13 de julio de 2011

Capitulo 8: Es hora de marchar



- ¡Sven! ¡Súbela rápido! – alcé a Jesica del suelo y la cargué hasta el auto para llévala a un hospital donde pudiera estar segura y la pudieran salvar de una trágica muerte – Cuidado con las vestiduras amigo, es piel pura - ¡¿A quién le importan las vestiduras?! , Jesi se está muriendo, además… ¡es mi auto!, ahora conduce al hospital – Sven…Sven… - ¿Qué pasa? – No lo voy a lograr – Una voz temblorosa y angustiada me hablaba mientras sujetaba mi mano – No digas eso, lo vamos a lograr el hospital ya está cerca – No creo poder aguantar más – ¡Oh! ¡Claro que lo harás! ¡Tienes que hacerlo! ¡No me dejes! – La presión arterial de Jesica disminuía con cada segundo que pasaba - ¡NO!, ¡Cruz! ¡ACELERA! – Voy tan rápido como puedo, ya vamos a llegar - ¡CARAJO CRUZ! ¡CUIDADO!  - Un tráiler de al parecer una tonelada y media se estampó contra nuestro auto dejándonos volcados a la mitad de la calle - ¡CRUZ! ¿Estás bien? – ¡Sí! Solo me rompí una pierna, pero puedo aguantar – ¡Bien!... cariño estás… - Sentí como el corazón se me empezaba a detener y la respiración se hacía corta y escaza -  ¡Jesi!... cari…Cariño… - deje de respirar y la vista se me empezó a nublar – N…No….

- Sven…Sven… Despierta, cariño… ¿Estás despierto? - ¿Qué…qué pasó? -  ¡Ya, ya! Tranquilo, el doctor dijo que debías descansar - ¿Dónde estoy?, ¡AH! Mi cabeza, ciento que va a estallar – Tranquilo toma tus medicinas – tranquilo ya estás mejor… además los niños están con mi mamá, así que tenemos toda la tarde libre para nosotros  - Muy bien pero… - ¡SVEN! ¡SVEN! - ¿Qué pasa? ¿Por qué gritas? - ¡SVEN! ¡SVEN! - ¡SVEN! – Abrí los ojos y observé a Cruz disparando a ciegas mientras hacía que recuperara el conocimiento - ¡Cruz! ¿Qué carajo pasa? – ¡Demonios eso pasa! – Tomé mi Katana no sin antes verificar el estado de Jesica - ¡CRUZ SE ESTÁ MURIENDO! ¿Te puedes encargar tu solo? - ¡Claro hermano, tu salva a tu chica! – Tomé a Jesica de la cintura y la sostuve con mi hombro izquierdo como un costal y con la mano derecha empuñe mi espada dispuesto a partir a la mitad a cualquier cosa que se atravesara - ¡Cruz encárgate y te veo en el local! - ¡Entendido! - ¡Cuídate hermano! – Corrí tan rápido como pude al hospital que se encontraba a menos de 4 calles de donde nos habíamos estrellado con el auto, “No te voy a dejar ganar” – un tosido emanó de la boca de Jesica y su respiración volvió a ella – ¿Cariño estas bien? – Sí – el hospital estaba ya muy cerca, lo íbamos a lograr – no te preocupes ya vamos a llegar – un temblor estremeció mis sentidos mientras demonios salían de las profundidades de la tierra - ¡MIERDA! Y a solo unos pasos del hospital – Déjame aquí - ¿Estas enferma?... Bueno si pero… ¿Qué acaso quieres morir? – n…n… - ¡AH! ¡CARAJO! , ¡ESCUCHEN DEMONIOS! ¡TIENEN 30 CHINGADOS SEGUNDOS PARA DEJARME PASAR ANTES DE QUE ENFURESCA MÁS! – Los demonios no entendían una palabra de lo que traté de advertirles así que no tuve más opción que dejar a Jesica en el suelo un momento para limpiar el lugar de los demonios  - Resiste cariño, ya casi estamos ahí – es hora de jugar un juego muy lindo muchachos… se llama “tú eres la carne yo el cuchillo” – los demonios seguían sin entender un carajo de lo que les decía, no obstante uno tuvo el valor de empezar el ataque hacia mi - ¡ACCIÓN! – Los demonios saltaron para atacarme desde el cielo, lo que ellos no sabían es que yo portaba armas para contra atacar - ¡Mueran desgraciados! – Las ráfagas de balas volaban por los cielos agujerando a las creaturas una por una - ¡¿Es todo lo que tienen?! – las creaturas o “desgraciados” como me gusta llamarlos se desvanecían cuando una bala los atravesaba, mi ira se desvaneció cuando note que los “desgraciados” corrían asustados - ¡HUIR NO SIRVE DE NADA! ¡LES VOY A DISPARAR EN EL CULO! – Tomé a Jesica con los brazos y la llevé a urgencias, los pacientes y doctores habían visto lo que había hecho con los demonios y corrieron asustados para protegerse de mi – ¡Genial!, ¡Así no hay fila! – Una voz ronca resonó de la entrada del hospital - ¡CRUZ! ¡Cabronazo! ¡Ve por un jodido doctor para que la atienda! - ¡En seguida! – Cruz arribo con un joven de alrededor de 26 años mientas lo arrastraba - ¿Qué quieren? ¡Aléjense de mí! – El sujeto trató de escapar corriendo  a gatas hacia su oficina - ¡Ok! Síguelo – llegamos a su despacho donde había atrancado la entrada con una mesa, Cruz la derribó de una patada y entramos con Jesica a la habitación - ¿Qué es lo que quieren? – Que atiendas a Jesica, ha sufrido de la herida de una espada… ¿La puedes ayudar? – Recuéstenla en el sofá y póngala boca abajo, esto es grave necesito atenderla a solas – Cruz y yo salimos de la habitación mientras el joven cuidaba de Jesica.

Las horas pasaron y no teníamos noticia alguna del estado de salud de Jesica – Eeee…chicos, ella quiere hablar con Sven… ¿Quién es? – Yo lo soy – Mire…la herida es muy grave, ya no hay nada que pueda hacer - ¡¿Qué?! , Escucha amigo o la ayudas o te vuelo la cabeza de u… - ¡Ya no hay nada que pueda hacer! Ella te quiere hablar… le quedan pocos minutos de vida entra y habla con ella – Corrí al despacho y entre a ver a Jesica ya estaba tapada con un manto blanco en el sofá donde la puse inicialmente - ¡Cariño! ¡No! ¡No me puedes dejar! – Tranquilo amor…todo estará bien – Vas a morir y ya no podremos estar juntos – Escucha cielo…una persona muere, solo cuando sus seres amados dejan de pensar en ella, yo siempre estaré contigo, siempre y cuando me ames como lo haces ahora – Su mano dejo de generar presión en la mía y deje de sentir sus latidos - ¡NO!... ¡Dios , Lucifer! ¡Se que ambos me escuchan! ¡Y entiendan esto! ¡Ahora es personal! 

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