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domingo, 7 de agosto de 2011

Capitulo 18: Reyes… ¿De dónde?



Las creaturas nos atendían con mucha sumisión, como si no les agradara el hecho de que les hayamos ganado a sus tropas, claro no es que alguien festeje cuando un invasor llega a matar a la mitad de tu pueblo, es como que alguien grite “!EH, PERDIMOS!” cuando el equipo en el que juegas es derrotado.

-¿Qué es lo que queréis?- Matt lanzó la pregunta con mucha seguridad como siempre mientras Cruz admiraba lo grande que ere el palacio en el que habíamos entrado desde que la gran rana nos había conducido por los pasillos de la cueva.

-Solo queremos que seáis nuestros nuevos gobernantes-.

-¡Asombroso, siempre quise ser político!-. Cruz hacia una de sus malas bromas como siempre, sin darse cuenta que el gran jefe lo veía con malos ojos.

-No solo serán políticos, serán dueños de todos nuestros terrenos, nuestro ejército,  serán los eternos gobernantes de estas tierras.

- y… ¿Qué quieres a cambio?-. Tanto poder y señorío no podían ser gratis sabía que tenía un truco, no podía ser tan fácil, a menos que fueran muy estúpidos.

-Me alegra que preguntara eso, mis peticiones son sencillas, solo deseo poseer el collar que lleva puesto joven conquistador-.

-Ammm… ¡No!, no pienso darle esto, y menos a una rana inútil-.

-¡ESCUCHAME PEQUEÑA!… Pequeña persona humana, mi intensión no es mala, solo es como una muestra hacia nuestra gente, solo quieren una pequeña esperanza, y ese collar tiene el poder para darles lo que necesita, solo dénmelo y les garantizo que este pueblo les servirá-.

-¿Qué dicen? ¿Se lo doy?-. No esperaba que Cruz me diera una respuesta inteligente hasta que se atrevió a abrir la boca para contestar-.

-¿Acaso perdiste el juicio?, Yo no voy mandar a un montón de renacuajos, mejor los aniquilamos y aun así conquistamos-.

-Por primera vez estoy de acuerdo con Cruz, Sven esto no tiene buena espina, no creo que cumpla su palabra-.

Ambos tenían razón, pero insistente la rana pronunció las palabras que mis amigos temían escuchar.

-¿Es que acaso no quieres ver una vez más a Jesica?-.

-¡Mierda!-. Cruz y Matt pronunciaron la palabra al mismo tiempo, sujetándome las manos para que no fuera a tomar una mala decisión.

-¡Suéltenme!-. Lancé a Matt y a Cruz por los aires, ambos salieron proyectados a unos 13 metros de distancia, afortunadamente, ninguno resultó herido.

-¡Aún me pregunto cómo carajo haces eso!- Cruz corrió hacia mí y me tacleó, derribándome al suelo y quitándome el collar que me había dado Rastir. -¡Matt cógelo!-. El collar había volado por los aires y Matt se lanzó para atraparlo en el aire.

-Sabe…a mi me impresiona que él pueda hacer eso con su armadura, parece jugador de football-. Empujé a Cruz fuera de mí y me dispuse a recuperar mi amuleto, era un lio, cada vez que me acercaba a Cruz para recuperarlo este se lo lanzaba a Matt y viceversa parecía juego de niños. Recordé una vez más lo que podía hacer con los poderes que me había legado Rastir y trate de detener el juego.

-¡Coniunctio!- Una cuerda gruesa ató a Matt para inmovilizarlo y así  lograr recuperar mi amuleto.

El amuleto se disparó al aire y me propuse a agarrarlo en cuanto callera. –Un momento… Si pude atar a Matt sin necesidad del collar esto ya no me sirve-. Lancé el objeto al parecer inservible a los pies de la gran rana, una vez más otro error mío al no saber de lo que era capaz de hacer aquella rana con el poder que aun desconocía.

-¡Muchacho estúpido, no sabes lo que acabas de hacer!-. La gran rana colgó el collar en su cuello haciéndola crecer a una velocidad extraordinaria, se convulsionaba y empezaban a brotar pústulas de las cuelas caía un liquido asqueroso que empezaba a derretir el suelo.

-Cuidado con esas pústulas chicos-.

-¡Sven, grandísimo idiota, ¿vez lo que provocas?, ahora hay que destruirlo-.

-¡No, puede ser peligroso, tened precaución!-. Matt desenfundó su espada y se puso en guardia en caso de poder hacer algo.

-¿Porqué no se ha detenido? ¿Eso va a estallar?, ¡Cúbranse!-. La creatura no paraba de crecer, las pústulas estaban creando una lluvia acida, evitando que pudiéramos hacer algo.

-¡Sven, ¿Tienes alguna idea?!-. Cruz se cubría junto con Matt en una piedra, estaban desesperados, lo único que querían era salir de ahí.

-¡Oh!, ¡Claro que la tengo!-. Me puse a descubierto y alcé la mirada hacia la barriga de la gran rana. -¡Implosion!-. La creatura estallo en mil pedazos haciendo que reventaran las pústulas creando una sala mortal por los residuos. -¡Oh, Mierda!- Una gran cantidad de líquido asqueroso se disparó hacia mí poniéndome en peligro. Lo que al parecer había sido la voz de Rastir lo que me había salvado volvió a susurrar en mi oído lo que parecía mi salvación una vez más. -¡Koruma!-. Una pequeña burbuja salió de mis manos cubriéndome de lo maligno de las pústulas, no obstante aun así terminé cubierto de aquel líquido asqueroso.

-¡Sven!-. Cruz gritó de preocupación al ver que estaba cubierto del líquido asqueroso.

-¡Tranquilo viejo estoy bien!-.

-Yo lo sé viejo, solo te iba a decir si querías ancas de rana para cenar-.

-Deja de hacerte el gracioso y vámonos de aquí-.

-¡Espera!, mira lo que se te olvida-. Cruz se agachó a recoger el dije que nos había causado problemas. -¿No lo vas a querer?, ¡Bueno!-. Cruz se puso el dije y no notamos diferencia en el, excepto tal vez que necesitaba rasurarse.

-Es hora de salir de aquí, vamos-.
-¿Y ahora que es lo que planeas hacer?-.

-Seguiré buscando la forma de traer a Jesica conmigo, Matt creo que es hora de pagar por la ayuda que te dimos con tu pueblo-.

-Con mucho gusto te la daría, pero habéis quemado la cabaña de mi padre, el tenia en su caballa unos mapas donde había un artefacto con el que tal vez, solo tal vez pudieramos traerla de vuelta, solo que ya no hay nada-.

-Aun no está todo perdido, vamos a la superficie, puede que podamos descubrir algo-.

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