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viernes, 7 de octubre de 2011

Capitulo 23: Memorias



-Yo no tengo hermanos- dije al chico mientras abría el despacho para meter a Cruz y dejarlo descansar un rato.

-Así que es cierto lo que dijo mamá, aun crees que eres huérfano, no esperaba mucho de un demonio que ha estado demasiado tiempo con los humanos, te has suavizado mucho, aún recuerdo cuando practicábamos en los jardines de Garibaldi lanzándonos hechizos y teníamos combates con armas hasta que uno partiera la espada del otro y continuáramos en combates mano a mano- Beck cruzó sus brazos en señal de superioridad mientras lanzaba una pequeña carcajada y me veía fijamente.

-Creo que te equivocas de persona, Yo soy huérfano, nunca tuve familia, excepto un anciano oriental que me enseñó artes marciales y me entrenó para ser lo que soy hoy en día, un asesino a sueldo- En mi mente viajaban muchas cosas a una velocidad impresionante, si lo que Beck era cierto tenía una oportunidad de traer a Jesi de regreso, no podía dejar que él se diera cuanta que estaba intrigado por las palabras que emanaban por su boca así que solo volteé la cabeza y abrí el departamento y metí a Cruz en su cuarto.

-No creas que no sé lo que pasa por tu mente en estos momentos, claro que hay una forma de traerla de vuelta, yo conozco esa forma y es muy sencilla, ¡Vamos!, que no te dé miedo el preguntar- Beck estaba recargado en las escaleras que llevaban a la habitación de Cruz, parecía que también tenía las habilidades que Cruz y yo habíamos adquirido al trabajar para Dios.

-No sé de qué estás hablando, solo quiero que mi compañero puedo descansar antes de que halle la forma de recuperar sus brazos-.

-Yo puedo hacer que recupere sus extremidades, ¡Mira!-. Su mano derecha apuntaba hacia Cruz, parecía que iba a lanzar un conjuro para hacer que le crecieran los brazos.- ¡Incantatem!-.

Los brazos de Cruz estaban de vuelta como si nada hubiera pasado, lo había logrado, el sabia la forma de hacer cosas verdaderamente difíciles, la curiosidad me consumía por dentro como una llama inmensa, como aquella vez que la aldea de Sormenth fue incendiada por mi culpa, tenía que saber cómo es que tenía tanto poder, una sensación de energía corría por mi cuerpo mientras Beck estaba en la habitación.

-Vamos hazlo, ¡sé que la duda te consume!, ¡Pregúntalo!-.

-¿Cómo es que tienes esa cantidad de poder?-. La pregunta se disparó rápidamente, mi cuerpo se aceleraba al escuchar esas palabras, parecía que me estaba retando, yo conocía la respuesta, estaba jugando con mi mente, sabía que iba mencionar todas las cosas a las que había renunciado.

-Creo que ya sabes las respuestas, pero de cualquier forma te lo diré, pero antes dime la verdad, se la conoces y que tienes recuerdos de ella, ¿Qué sabes de mamá?-.

-Tengo recuerdos muy vagos de ella, no recuerdo mucho, solo sé que nos condenó a los dos al tenernos como hijos, fornicó con un demonio y nos dio a luz a ambos, yo nunca quise ser de esta forma, pude haber tenido una vida normal, un empleo cualquiera, ser una persona promedio, pero ella tomó la decisión de controlar nuestras vidas mucho antes de que naciéramos-. El coraje y el dolor que sentía se acumulaban con cada palabra que salía de mi boca, sentía que iba a llorar, todo ese rencor y todas las cosas que tenía que desahogar salieron al aire en ese momento.

-¿Es eso lo que piensas de ella?, Valla, mamá no se equivoca, El dejarte aquí con los humanos no te hizo más fuerte, solo te hizo más ingenuo, un pequeño e insignificante habitante de este reino, te has convertido en alguien que solo ve con los ojos, has cambiado mucho hermanito, es hora de que te dé una lección de historia-. Beck se teletransportó a mi lado y me llevo a otra dimensión.

-¿Dónde estamos?-

-Esta es tu mente Sven, es hora de que veamos unas cuantas cintas caseras-. Mi mente era enorme, un cuarto lleno de imágenes que flotaban por todas partes, algunas imágenes estaban distorsionadas y otras estaban ardiendo en llamas.

-¿Por qué esas imágenes están en llamas?-

-Son recuerdos que tu mente trató de eliminar, pero es tan fuerte el odio y el rencor que tu mente solo las empezó a quemar simbólicamente, y solo tú puedes desbloquearlas, ¡Vamos!, Lanza un hechizo que las apague, creo que lo conoces-. Una imagen volaba sobre mi cabeza, estaba un poco borrosa pero podía leer la palabra que estaba inscrita en esta.

-Aqua-. Una de las imágenes se dejó de consumir por el fuego, mostraba un retrato antiguo, parecido a una imagen de la era medieval, mostraba una casa rustica y algo en el horizonte, algo parecido a una sombra.

-¿Qué significa la sombra en la imagen?-

-Cuando llegue el tiempo lo sabrás hermano, por el momento solo he venido a destapar parte de tu potencial, aún hay muchas cosas por aprender, pero creme cuando te digo que las cosas no son como las crees, muchas cosas fueron distorsionadas de tu mente, muchas cosas que crees haber vivido solo las pusieron en tu mente, recuerda que no podemos negar lo que somos algún día nos veremos en persona-.

Un pequeño flash apareció en mis ojos mientras recuperaba la noción de lo que hacía, Cruz aún seguía sin extremidades y Matt tenía la misma cara pálida que tubo desde que vio el estallido en los brazos de Cruz.

-Sven, ¿estás bien?, te perdí por un momento-.

-Sí, pero acabo de explorar mi mente y aún hay muchas cosas que tengo que descubrir aun, creo que será algo bueno que regresaran a Sormenth y cuidaran a tu pueblo, yo tengo cosas de las que ocuparme, Matt, ¿Te puedo pedir que cuides a Cruz en lo que regreso?-.

-Por supuesto, no te preocupéis, solo dejad que me encargue yo ¿Vale?-.

-De acuerdo, gracias Matt, por favor, cuídalo bien-.

Tenía que alegarme de la ciudad y buscar un lugar donde pudiera explorar mi mente, necesitaba estar a solas y descubrir quien verdaderamente era, iba a ser algo complicado, pero tenía el lugar indicado.

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